sábado, 9 de noviembre de 2013

El desafío de los 30 días, día 9

¿Cuál ha sido mi peor pifia en relación con los juegos de rol?

¡Oh no!, ¡el Nazgûl viene a llevarse mis dados!

Pues suena un poco a cachondeo que lo diga a estas alturas, pero tengo una espinita apuntada en mi libro de los agravios desde tiempos inmemoriales. Allá en la época de maricastañas presté mi manual del Señor de los Anillos, el de las tapas rojas, a un chaval que conocía del colegio. Era un libro que para mí había tenido especial significado porque me lo habían regalado (si miráis entradas anteriores, es el que decía de la tienda de modelismo) y aquel día, en un acto de buena fe sin precedentes lo saqué de la cestita de mimbre (esa de los hongos devoradores) y se lo dejé un par de días al tipo para que dirigiera "su partida".

Obviamente, nunca más lo volví a ver. Desde entonces tengo por norma no prestar libros. Sin excepciones. Y esto es algo que aprendí a cumplir a rajatabla gracias al Señor de los Anillos de ICE.

Lo verás pero no lo catarás. Es la historia de mi vida.

Muchos años después me volvieron a regalar por navidades el mismo Señor de los Anillos de ICE (con las tapas negras), pero claro, ya no era igual. Lo más gracioso es que lo volví a perder (esta vez por puro despiste), y dado que la maldición me persigue, he desistido de adquirirlo, sobre todo observando el precio que alcanza ahora la edición roja en Ebay, y el buen trabajo hecho con el Anillo Único; aunque reconozco que sigo prefiriendo mi Rolemaster y los suplementos de antaño.

La Cabalgata de los Rohirrim. Digan lo que digan, lo siento mucho por el genial Angus McBride, pero para mí el gran dibujante del Señor de los Anillos es y será, Chris Achilleos

 Llamadlo melancolía, llamadlo gilipollez, pero dónde estén mis tablas y mis prácticos magos que calientan agua, que se quite toda esa parafernalia interpretativa de minucias afeminadas del estilo indie. Todo el mundo esgrime como argumento que Anillo Único es mucho más fiel a la obra original de Tolkien cuando en realidad, tampoco es totalmente fidedigno al estilo del Hobbit, ni en cuanto a su muy alabada redacción, mucho más cercana al Señor de los Anillos, ni en lo que se refiere al contenido del manual, que olvida y obvía muchas cosas por mero descuido de no haber releído y estudiado la obra en la que se basa con el suficiente interés.

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